Oh Señor Dios, hemos venido a Ti en este momento de profunda conmoción y dolor a pedirte que, con Tu gracia, derrames Tu paz y consuelo en todos aquellos que lloran esta muerte tan repentina e inesperada.
Oh, Señor, rogamos que ilumines nuestras tinieblas y consueles nuestros corazones heridos. Derrama Tu paz que sobrepasa todo entendimiento en los corazones de todos los que sufren, y vierte en ellos la certeza de Tu amor en este momento de tristeza.
Señor, no hemos de sufrir como aquellos que no tienen esperanza, aquellos que no han confiado en Cristo como su Salvador, pues nuestra esperanza y confianza están en Ti y tenemos los ojos puestos en Ti para que nos brindes fortaleza, ánimo y consuelo en este momento de profunda tristeza.
Señor, en momentos como este comenzamos repentinamente a darnos cuenta de la fragilidad de la vida y de la breve porción que se nos permite en esta tierra. Haz que todos los que hoy sufren reflexionen sobre sus vidas, y ayúdanos a contar nuestros días con sabiduría. Ayúdanos a vivir conforme al Señor, pues sabemos que en cualquier momento podrías decidir llamarnos a casa también.
Gracias, Padre, porque en Tu mano están nuestros años y porque en Tu economía no hay muertes repentinas. A partir de hoy, déjanos vivir con sabiduría, y rogamos que nos uses para consolar a los demás que experimenten momentos similares de tristeza profunda. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.