Querido Dios Padre, en un mundo de incertidumbre y dolor, ayúdame a mantener los ojos puestos en Ti para que atiendas mis necesidades, sabiendo que eres nuestro "Jehová-jireh", el Señor, nuestro Proveedor. Tú eres Quien alimenta a los israelíes con maná y codornices en el desierto, y fuiste Tú Quien sació a la multitud con cinco panes de cebada y dos pececillos y, Señor, confío en que atenderás mis necesidades y las de mi familia, pues eres un Dios fiel y bondadoso.
Has perdonado mis pecados, me has dado vida eterna, y mi copa eterna de bendiciones está rebosando. Agradezco y alabo Tu nombre por Tu inmensa abundancia y provisión.
Y, por lo tanto, Señor, en este mundo de incertidumbre y dolor, pongo los ojos en Ti para que atiendas todas mis necesidades, pues sé que eres mi "Jehová-jireh", mi Señor y mi Proveedor. En nombre de Jesús,
Amén.