Padre amado, tan solo quisiera agradecerte por la maravillosa manera en que me has mantenido con buena salud durante tantos años, y por haberme protegido de tantas enfermedades complicadas.
Me has ayudado a levantarme cuando he estado tumbado, me has apoyado en momentos de debilidad, y también me has sanado cuando he sucumbido a un lecho de enfermo.
Ruego que me mantengas con buena salud y con fortaleza. Déjame correr y no cansarme, para así consolar y apoyar a aquellos que no tienen la misma suerte que yo. En nombre de Jesús,
Amén.
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Oraciones por la humildad