Querido Padre Celestial, eres el poderoso Creador del universo, y Tu poder se manifiesta por toda la tierra. Todas las cosas en Ti subsisten gracias al poder de Tu glorioso brazo. Las estrellas del cielo alaban Tu magnificencia, y Tu poder sustenta la vida de cada pequeño gorrión.
Los poderosos océanos braman y se turban, pero puedes medir cada gota con la palma de Tu poderosa mano. Formaste las majestuosas montañas con Tu palabra y Tu mano. Nada es demasiado difícil para Ti, pues solo Tú eres mi Dios poderoso y mi Padre celestial. Alabado y glorificado seas,
Amén.
Gracias, Padre, porque eres fiel al preparar a todos aquellos que llamas a servirte, para que así lleven a cabo y terminen la obra que les has asignado. Señor, Tú conoces mis limitaciones e incapacidades, y ruego que, con el poder del Espíritu Santo, me brindes todas las habilidades y las virtudes necesarias para cumplir todo lo que quieres que haga.
Gracias, Padre, porque eres el mismo ayer, hoy y para siempre, y tal como fuiste adelante de muchos de Tus santos de antaño y les brindaste las habilidades y las capacidades para cumplir las tareas que les fueron asignadas, ruego que también lleves a cabo bondadosamente Tu buen propósito en mi vida. Y Padre, tal como prometiste acompañar a Moisés e Isaías en la obra que fueron llamados a hacer, confío en que me darás fortaleza y me apoyarás en todo lo que me has puesto por delante. Y que todo lo que haga sea conforme al Señor. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Dios Padre, qué maravilloso saber que nos has brindado todo lo que es necesario para vivir una vida piadosa en Jesucristo. Tu gracia realmente basta para atender todas nuestras necesidades, y Te agradezco porque, sin importar lo difíciles que sean las circunstancias de nuestra vida ni lo solitaria que sea nuestra senda, Tu gracia basta, pues Tu fortaleza se perfecciona en nuestra debilidad.
Ruego que me brindes todo lo que necesito para enfrentar el día de hoy y que renueves mi espíritu interior mientras descanso en Tu amor. Ruego que me des fortaleza en todos los sentidos, a nivel emocional, físico y espiritual, y Te doy gracias, Padre, por Tu maravillosa promesa de que "los que Te esperan renovarán su espíritu y levantarán alas como las águilas". Gracias, Señor, y alabo Tu santo nombre porque eres mi fortaleza y mi Dios. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Señor, ¿por qué nos preocupamos y tenemos tanto miedo si somos los hijos queridos de Aquel que tiene tanto poder? Dame fortaleza hoy con la promesa de Tu poder.
Amén.
Danos fortaleza con Tu paz, oh Cristo nuestro Salvador. Con tu Paz que sobrepasa todo entendimiento y toda palabra, danos fortaleza y no nos dejes temer al mal. Cuéntanos entre Tus verdaderos adoradores, quienes Te adoran en espíritu y en verdad. Toda la gloria, el poder y el honor Te pertenecen, ahora y por los siglos de los siglos,
Amén.
Recuérdanos, oh Señor. Danos fortaleza con tu Poder y bríndanos Tu fuerza, pues eres misericordioso y Te complaces en la misericordia. Todo el poder, el honor y la gloria Te pertenecen, Padre, Hijo y Espíritu. Tu fidelidad alcanza las nubes. Alabado sea Tu nombre, ahora y por los siglos de los siglos,
Amén.
Amante Señor, sé que tengo poca fuerza y que con mi propio poder me derrumbaría. Sin embargo, alabo Tu nombre, pues Tu gracia basta para todas mis necesidades y Tu poder se perfecciona en mi propia debilidad.
Padre, anhelo que el poder de Cristo descanse y permanezca en mí y que habite con abundancia en mí, para que al igual que el apóstol Pablo, pueda incluso regocijarme en mi debilidad, pues Tu poder me sostiene y me sustenta en cada paso que doy.
Alabado sea Tu santo nombre, pues el poder perfecto de Cristo me perfecciona también a mí. En nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor Jesús, gracias por Tu promesa de darme fortaleza en medio de mis pruebas y dificultades. Sé que sin Ti nada puedo hacer, pero has prometido que a través de Cristo puedo hacer cualquier cosa, Quien me fortalece. Alabado sea Tu nombre, pues Tu gracia es verdaderamente suficiente.
Tu fortaleza es una gran esperanza en mi corazón, y ruego poder descansar en esta verdad, sabiendo que me darás la fortaleza para afrontar todos los problemas de la vida que enfrento en este momento, así como una gran esperanza para el mañana.
Querido Jesús, sé que sin Ti nada puedo hacer, pero doy gracias a Dios porque a través de Cristo puedo hacer cualquier cosa, Quien me fortalece. En nombre de Jesús,
Amén.