Querido Señor, sé que desde hace tiempo mi vida no ha sido como debería haber sido. He tomado mi propio camino y no he crecido en mi vida espiritual como sé que debería haberlo hecho. Perdóname, pues sé que me he apartado de la senda que debería haber tomado y me he vuelto carnal y mundano de muchas maneras y, Señor, quisiera volver a vivir de manera piadosa; sin embargo, sé que con mi propia fortaleza no puedo hacerlo.
Cuánto Te alabo y Te agradezco porque eres mi Padre y yo soy Tu hijo. Ruego que Tu Espíritu Santo me busque, me conozca y actúe en lo profundo de mi ser, de manera de llevarme día a día a una comunión más íntima y profunda contigo, Padre mío.
Que Tu Espíritu Santo actúe en lo profundo de mi corazón para refinarme y asemejarme cada vez más al Mismísimo Señor, para así poder crecer en mi vida espiritual y que la hermosura del Señor Jesús y la belleza de Su persona fluyan en mi interior y se reflejen en mi vida, de manera de alabarlo y glorificarlo.
Ruego que tomes mi vida y la uses según Te plazca, para así poder vivir una vida que Te honre en palabra, en acción y en actitud, de manera de alabar Tu santo nombre,
Amén.