Oh Señor, es tan difícil despedirse de un tío tan querido y amado. Gracias, Señor, pues has quitado todo el dolor y sufrimiento de su vida, y ahora se regocija en lugares celestiales junto a Jesús y todos los santos de Dios, pero ya lo extraño y sé que su partida es difícil para toda nuestra familia; por lo tanto, Señor, Te pido que consueles ahora mismo a todos los que lo extrañan igual que yo.
Gracias porque fue mi tío y gracias por todas las cosas que aprendí de él. Señor, tuvimos momentos muy lindos juntos, y estoy muy agradecido por los buenos consejos que me dio a lo largo de los años.
Consuela y da fortaleza al resto de la familia, pues sé que muchos lo extrañarán y llorarán su partida, ya que no conocen a Jesús. Por tanto, ruego que a través de su muerte, mis familiares irredentos obtengan su consuelo mediante Jesús y lleguen a reconocerlo como su Salvador personal. Gracias, en nombre de Jesús,
Amén.