Oh Señor, hemos venido a Ti a rogar que derrames Tu paz y esperanza en nuestros corazones quebrantados. Sentimos una profunda tristeza por el fallecimiento de este hermoso niño que apenas tuvo tiempo para entrar al mundo antes de que nos fuera arrebatado, y nuestros corazones lloran al tener que despedirnos sin haber tenido la oportunidad de conocer a este hermoso bebé a quien amábamos mucho.
La pregunta que da vueltas en nuestra cabeza es ¿por qué? ¿Por qué tuvo que pasar esto, Señor? Supongo que la confusión, el dolor e incluso la rabia son algunas de las emociones que no dejar de dar vueltas en nuestra cabeza, y aunque probablemente nunca entendamos el motivo, rogamos que atiendas cada uno de nuestros corazones y derrames en nosotros Tu consuelo especial, paz y esperanza para el futuro.
Señor, aunque es muy difícil despedirse, rogamos poder dejar este bebé recién nacido bajo Tu cuidado. Déjanos poner el dolor de esta muerte prematura en Tus manos, y permite que nuestros corazones puedan dar un último adiós. Y Señor, aunque la pérdida de este hermoso ser es real y nuestros corazones están repletos de dolor, haznos confiar este bebé bajo Tu cuidado, pues sabemos que algún día en Cristo nos reuniremos y que secarás todas las lágrimas de nuestros ojos. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.