Señor, el día de hoy está teñido de tristeza y de una extraña especie de consuelo mientras despedimos a mi querido padre, quien a lo largo de los años nos brindó mucho apoyo.
Gracias por haberme dado a mi papá y por todo lo que ha significado para mí durante toda mi vida. Mientras me acuerdo de todas las cosas que me enseñó y todas las lecciones de vida que aprendí gracias a él, mi corazón se regocija; sin embargo, Señor, sé que lo voy a extrañar mucho.
Señor, hoy mantente cerca de toda la familia. Sé que todos sentiremos su partida de diferentes maneras, y ruego que Te acerques a cada uno de nosotros y nos brindes el consuelo y la fortaleza que necesitamos mientras asimilamos el hecho de que nunca lo volveremos a ver aquí abajo. Sin embargo, Te doy gracias porque él reconoció al Señor Jesús como su Salvador, y nos regocija saber que ahora está ante la presencia del Salvador que ama. Gracias, Jesús,
Amén.