Gracias, Padre, por este hermoso tiempo de reflexión reverente sobre todo lo que hizo Cristo por nosotros en El Calvario. Y mientras compartimos estos símbolos sagrados en esta santa mesa de comunión, tomamos con humildad este pan, lo bendecimos y lo partimos, y lo comemos en memoria de ti, pues Tu hermoso cuerpo fue destrozado por nosotros. A partir de hoy, que nuestros corazones se sigan alimentando de Ti mediante la fe y con profundo agradecimiento, y haznos caminar como es digno de nuestro llamamiento en Jesucristo y vivir una vida que Te honre.
Y Señor, haznos acercarnos a Ti mientras recordamos con agradecimiento lo que logró Jesucristo en la cruz de El Calvario por todos nosotros, cuando derramó Su hermosa sangre en la cruz para pagar el tremendo precio de nuestros pecados en rescate de muchos.
Compartimos esta copa de bendición en Su nombre, y recordamos cómo Él mismo tomó la copa en el aposento alto mientras se acercaba la hora de Su crucifixión y dijo: "esta es Mi sangre, que es derramada por muchos; bébanla en memoria de Mí".
Gracias por este santo sacramento, y nunca me dejes acercarme a la mesa de comunión de manera indigna, pues sé que al comer este pan y beber la copa proclamamos la muerte del Señor hasta que vuelva a venir en inmensa gloria y majestad. Alabado sea Tu santo nombre.
Amén.