Querido Señor Jesús, sé que mi carne desea hacer lo que es contrario a la orientación del Espíritu Santo de Dios que habita en mí, y que la vida nueva que recibí en Cristo cuando volví a nacer entra en conflicto constantemente con la carne, que fue destruida en la cruz pero que todavía intenta gobernar mi vida. Señor, sé que el pecado acecha en mi puerta e intenta devorarme, pero creo que el que está en mí es más poderoso que el que está en el mundo y que, con el poder del Espíritu Santo, puedo resistir a todas las tentaciones que me incitan a pecar.
Ayúdame a reconocer cuando la tentación llame a la puerta, y permíteme actuar de inmediato, para así resistir a su influencia y obtener la victoria, que solo se alcanza a través de Cristo.
Ayúdame no solo a reconocer la tentación, sino a capturar cada pensamiento tentador tan pronto como entre a mi mente y a entregártelo en alabanza y en oración, pues sé que Tu gracia basta para vencer cualquier tentación si me entrego a Ti.
Señor, ruego que no solo me permitas reconocer y resistir a la tentación, sino poder crecer en la gracia y el conocimiento de Ti mientras intento cumplir Tu voluntad para mi vida con el poder del Espíritu. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.