Padre, a medida que nos acercamos al final de otro día ajetreado, Te alabamos y Te agradecemos por el don del sueño y por la maravillosa manera en que la noche pareciera llevarse todas nuestras preocupaciones y disolver todas nuestras preocupaciones mientras descansamos en Ti.
Gracias porque en Ti podemos depositar con toda confianza nuestras preocupaciones e inquietudes y poner todas nuestras cargas a Tus pies, pues sabemos que nos amas con un amor perfecto y Te preocupas de nosotros de manera paternal.
Protégenos esta noche de cualquier peligro y daño, e ilumina la oscuridad de esta noche con Tu paz perfecta, Tu tranquilidad bondadosa y Tu gracia serena.
Rogamos que nos protejas durante las horas de oscuridad, pues sabemos que hay muchos peligros y mucha maldad que podrían acechar afuera de nuestro hogar; sin embargo, Te damos gracias porque eres nuestro escudo y nuestra protección, nuestra roca de salvación, nuestra esperanza y nuestra fortaleza.
Rogamos que purifiques nuestras mentes, consueles nuestros corazones, alivies nuestras almas y nos des una buena noche de descanso, pues somos Tuyos, y has prometido que a Tus hijos amados darás un sueño reparador y un descanso rejuvenecedor durante las horas de la noche.
Que el ángel de Tu presencia, que es el Mismísimo Señor Jesús, esta noche acampe alrededor nuestro y nos proteja bajo la sombra de Sus alas.
Y, por tanto, Padre, dejamos nuestro espíritu en Tus manos, y rogamos que, cuando nos despiertes en la mañana, estemos renovados y listos para hacer Tu voluntad. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.
“En paz me acostaré y así también dormiré; porque sólo tú, SEÑOR, me haces habitar seguro.”