Oh Dios, Padre mío, el dolor me carcome por dentro, ya que el niño que llevaba en mi vientre ya no está. Señor, no comprendo por qué ha pasado esto, y me siento paralizada del dolor y la tristeza.
Durante mucho tiempo oramos por tener un bebé, y nos llenamos de alegría cuando quedé embarazada, pero este suceso es el golpe más devastador que podría haber ocurrido, y se me parte el corazón.
Sé que todo lo que pasa en nuestras vidas tiene un propósito, pero en este momento no veo el propósito del dolor y el sufrimiento que siento. Señor, ayúdame a seguir confiando en Ti, pues sé que todo lo malo lo conviertes en algo bueno.
Ruego que Te mantengas cerca de mí, Señor, y me cargues en Tus brazos de gracia. Ayúdame a enfrentar el futuro junto a Ti, Señor, y a confiar en que convertirás este dolor en algo bueno.
Señor, a pesar de que no lo entiendo, confiaré en Ti. Confiaré en ti y no tendré miedo. Gracias, Señor, pues prometiste secar las lágrimas de nuestros ojos. Pongo mi futuro en Tus manos.
Amén.