Espíritu del Dios vivo, refréscame y susténtame con Tu bondad, para así poder ser un instrumento apto para ejecutar Tu mandato. Despójame de mi obstinación y conviérteme en la persona que Tú quieres que sea, para así poder ser testigo de Tu gracia y hablar con valor sobre Tu gran salvación. Ayúdame a estar siempre preparado para defender la esperanza que tengo en Jesucristo, mi Señor. Ruego en Su nombre,
Amén.