Cuánto Te agradezco, Señor, por el maravilloso don de la vida que me diste. Qué privilegio haber nacido en este mundo y haber recibido la vida. Gracias por toda mi familia, mis padres, mis hijos, y todos los amigos que he llegado a amar a lo largo de los años, muchos de los cuales están junto a Ti en gloria. Gracias por Tus muchas misericordias y bendiciones que se renuevan cada mañana. Qué grandiosa es Tu fidelidad hacia aquellos que Te aman.
Gracias, sobre todo, por haber enviado a Tu querido Hijo, el Señor Jesucristo, como bebé a la tierra para que Su vida fuera un ejemplo sobre cómo debemos vivir una vida que Te complazca. Además, Señor, gracias porque Él vino como mi Salvador y dio Su vida por mí, y se convirtió en el sacrificio consumado por el pecado de todo el mundo, el que pagó completamente con Su propia sangre. Oh Señor, gracias.
Señor, mientras enfrento otro año, ruego me acompañes, me guíes y me orientes. Dame la fortaleza y la sabiduría que necesito mientras enfrento los desafíos inevitables que traerá este año. Y ruego que me acerques cada día más a Tus brazos amorosos, para así conocerte mejor y amarte más. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.