Querido Señor, cuánto te agradezco por Tu gracia hacia mí, pues me has sacado del abismo en el que se encontraba mi vida y has puesto mis pies sobre la roca de mi Salvación, que es Jesucristo mi Señor y Salvador. Gracias por haberme liberado de la vergüenza y del pecado de mi adicción, que me arrebató tantos años de mi vida, y que me hizo perder no solamente mi hogar, sino que muchos amigos y también familiares.
Señor Jesús, hay quienes buscan tentarme a volver a las tinieblas de las que logré escapar e intentan prácticamente chantajearme para volver a mi vida de crimen y libertinaje, pero ahora soy libre y no quiero volver. No me dejes caer en tentación cuando me sienta solo, y protégeme de las presiones que a veces han ejercido sobre mí para regresar.
Señor, sé que todos mis pecados pasados han sido perdonados y que he sido vestido de la justicia de Jesucristo. Mantenme en la senda de la santidad y protégeme de aquellos que siguen siendo esclavos de sus adicciones. Señor, ruego que rescates a mis amigos que siguen embelesados en el mundo de la adicción. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie.”