Gracias, Señor, por haberme cuidado durante otra noche y por haberme llevado al comienzo de este nuevo día que Tú has creado. Señor, no tengo idea de qué depara el día de hoy, pero ruego que sea un día en que seas ensalzado en mi vida, un día en que pueda caminar en espíritu y en verdad. Prepárame, Señor, para todas las eventualidades que podrían ocurrir. Ayúdame a permanecer firme y a ser sal y luz para todos aquellos con los que tenga contacto.
Señor, dejo el día de hoy en Tus manos y confío en que dirigirás mi día hasta que vuelva a poner la cabeza en mi almohada para dormir. Ruego que se haga Tu voluntad en el ajetreo o en la tranquilidad de mi vida. Ya sea si me rodean multitudes o permanezco en la soledad de mi propia compañía, Te pido que me dirijas y me gobiernes. Ruego que las palabras que salgan de mi boca y las meditaciones de mi ser interior durante todo el día sean complacientes y aceptables para Ti, y que se haga Tu voluntad en mi vida de manera de glorificarte y honrarte. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.